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El Core es la base

  • Foto del escritor: anlopezpozuelo
    anlopezpozuelo
  • 7 dic 2020
  • 2 Min. de lectura

Al igual que un coche sin un buen motor, un cuerpo sin un buen core no funcionará de forma eficiente.

Core es un concepto funcional utilizado habitualmente para referirse de forma conjunta a las estructuras musculares y osteoarticulares de la parte central del cuerpo, sobre todo, del raquis lumbo-dorsal, la pelvis y las caderas. No se trata únicamente del abdomen.


Cuando hablamos de Core, normalmente, nos referimos al conjunto de musculatura profunda y superficial que proporciona estabilidad a la región central del cuerpo. En líneas generales, la musculatura del core engloba la pared abdominal, multífidos, glúteos, suelo pélvico, dorsal ancho, musculatura de la cadera y diafragma, formando una estructura que podríamos visualizar mentalmente como un cilindro muscular implicado de forma determinante en la estabilidad del raquis.


Es crucial para la salud de la espalda, el control de las fuerzas de cizalla durante la flexión de columna y durante los levantamientos en general, en muchas ocasiones evitando la tendencia a flexión, extensión, rotación o inclinación. Por ello, y aunque en un principio pudiera suponer cierta sorpresa encontrar músculos que a priori no tendrían por qué pertenecer al Core (ej. dorsal ancho), las secciones lumbares del dorsal ancho y del iliocostal

evitan el desplazamiento anterior entre una vértebra superior sobre la vértebra inferior durante la flexión, al generar una fuerza de cizalla posterior.


El entrenamiento del Core debería ir más allá del simple fortalecimiento de las estructuras que lo integran, ya que resulta determinante la correcta respuesta e interacción entre la musculatura profunda y superficial para generar estabilidad y una correcta transferencia de fuerzas a lo largo del cuerpo.

El Core no debería ser entendido como un concepto sinónimo de abdomen, sino como un concepto funcional utilizado habitualmente para referirse de forma conjunta a las estructuras musculares y osteoarticulares de la parte central del cuerpo, sobre todo, del raquis lumbodorsal, la pelvis y las caderas.

La mayor virtud que nos proporciona su trabajo de fortalecimiento y concienciación es la capacidad de estabilización para controlar la posición y el movimiento del tronco sobre la pelvis con el objetivo de permitir la producción óptima, la transferencia, y el control de la fuerza y el movimiento de los segmentos terminales en actividades deportivas.


Fuentes: lovetennis.com y Powerexplosive SL 2020



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